EL DESCANSO
Dormir y descansar no es solo un placer, sino una necesidad. Normalmente solemos prescindir de nuestro descanso o quitarnos horas de sueño para llegar a todo y esto a la larga puede producir efectos negativos en nuestra salud.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el bienestar completo se alcanza siguiendo una dieta equilibrada, haciendo ejercicio físico y, sobre todo, disfrutando de un sueño reparador. La ausencia de descanso y la calidad de este afectan de manera directa sobre nuestro bienestar, es por eso, que se recomienda dormir al menos unas 7 horas seguidas durante el día. En caso de los niños, este descanso debería alargarse hasta las 10 – 12 horas.
¿Pero cómo podemos mejorar nuestro descanso?
HACER ACTIVIDAD FÍSICA
La actividad física es un muy buen aliado para mejorar nuestro descanso ya que gastamos combustible de nuestro cuerpo y este luego se recupera descansando por lo que nuestro cuerpo nos va a exigir ese tiempo para recuperarse. Aun así hay estudios que indican que un exceso de actividad física sin sus descansos adecuados puede convertirse en algo perjudicial para nuestra salud.
EVITAR LAS PANTALLAS
Las nuevas tecnologías están provocando la aparición de muchos problemas y trastornos a la hora de dormir. Una de las principales causas es la luz de onda corta que emiten estos dispositivos. Para ello, deberemos evitarlos durante por lo menos 30 minutos antes de irnos a la cama.
TENER UNA RUTINA
Para que nuestro reloj biológico asimile un horario aproximado de descanso de manera natural y que así nuestro cuerpo vaya bajando el ritmo a medida que se acerca la hora de dormir, es muy importante tener una rutina. Esta rutina consiste en despertarse e irse a dormir aproximadamente sobre la misma franja horaria. Si al principio no estamos acostumbrados, podemos ir estableciendo estos horarios de manera progresiva e irnos adaptando poco a poco.
NO HACER SIESTAS DE MAS DE 20-30 MINUTOS
Somos muchos a los que nos encanta tumbarnos en el sofá y quedarnos dormidos después de comer, pero si nos excedemos puede afectar a nuestro descanso nocturno. La Fundación Nacional del Sueño de EE. UU. recomienda una siesta de 20 a 30 minutos «para mejorar el estado de alerta y el rendimiento sin quedar aturdido o que interfiera con el sueño nocturno».